El Zoco Municipal de los Artesanos

Una de las partes más significativas de la configuración urbana de las ciudades islámicas es el lugar donde se desarrolla el comercio. Como sabemos, Córdoba es una de las ciudades de Europa Occidental donde los musulmanes dejaron en el pasado una huella más clara, y, lógicamente, tuvo su mercado. Precisamente, de la voz árabe suq, que significa mercado, se origina el vocablo castellano zoco. Y acaso por seguir manteniendo el ancestral uso del lugar, situado junto a la mezquita, se decidió crear en su entorno un lugar para promocionar la artesanía tradicional cordobesa.

Así, el lugar elegido fue a espaldas del Museo Taurino, frente a la pequeña Plaza de Tiberíades, entre las calles Judíos y Averroes. En 1954, el alcalde Antonio Cruz Conde (1949-1964) inauguró el Zoco Municipal, construido en los jardines de la primitiva Casa de las Bulas por el arquitecto cordobés José Rebollo Dicenta (nacido en 1915). El conjunto ha sido declarado Inmueble de Interés Cultural en el Plan General de Bienes Culturales, por lo que goza de especial protección.

A modo de recóndito pasadizo, el acceso a la Casa de las Bulas se realiza directamente a través de un estrecho callejón, enmarcado por tres medios arquillos. La edificación, de dos plantas de altura, se sustenta sobre muros de carga y pórticos de arcos sobre pilastras y columnas, y cuenta con crujías en torno a los patios. Se constituye así una suerte de plaza-patio, en la que el patio principal estructurante, de planta rectangular, y doble altura, cuenta con cuatro galerías con arcos enmarcados por alfiz y apoyados en columnas y capiteles. Con respecto a su doble altura, a inferior tiene galerías porticadas en tres de sus lados, estando en el cuarto lado la escalera de acceso al segundo piso. La parte superior sólo tiene dos galerías, ya que la tercera corresponde a una de las salas del Museo Taurino.

El Zoco Municipal se encuentra en plena Judería, lugar ideal para promocionar la artesanía tradicional cordobesa.

Se trata de una casa solariega de reminiscencia mudéjar (siglo XVI), en la que destacan los siguientes elementos característicos,: El patio, adyacente a la fachada, cuenta con una logia –galería cubierta, abierta al exterior por uno o más lados– de acceso, y con una galería de dos plantas al Norte. La fachada, enfoscada en blanco, está distribuida en tres frentes de manzana; la portada adintelada de piedra tiene un balcón en la planta alta, y en el resto de la fachada predomina el macizo sobre el hueco, su cubierta inclinada de teja cerámica árabe; por último, la decoración es sencilla, en ladrillo visto, destacando el suelo empedrado y la vegetación.

En el Zoco Municipal, se ubican distintas tiendas o comercios (plateros, ceramistas, curtidores del arte del cordobán), donde el turista puede contemplar y comprar variada y típica artesanía cordobesa. Los entrañables patios y rincones de la casa son claros exponentes del intimismo del barrio. Al final del zoco, hay otro arco apuntado, que mira a la Calle de Averroes, donde se sitúa la Capilla Mudéjar de San Bartolomé y, más arriba, el antiguo Hospital del Cardenal Salazar, en torno a cuyo patio barroco se reparten las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba.

En fin, las actuaciones de Cante Jondo que aquí se celebran en las populares fiestas de los Patios del Mayo Cordobés resultan inolvidables.

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Texto: Jesús Pijuán.